No recuerdo cual fue el primer Festival que ví, quizá mi primer recuerdo sobre esto sea Sergio Dalma en el 91, siete años tenía yo, le recuerdo a él, pero no el resto del Festival. Es posible que el primer Eurovisión del que tengo conciencia de forma extendida sea seguramente el de Dublín en 1997. De éste ya si que tengo memoria, a parte de Marcos Llunas, sobre todo de Italia y por supuesto de Katrina por el Reino Unido. Y desde este año ya uno detrás de otro.
Es curioso que un sencillo concurso de canciones haya conseguido levantar el interés a lo largo de los años como lo ha hecho Eurovisión. ¿Que es lo que tiene? ¿Música? No, es mucho más, y con el paso del tiempo cada vez son más cosas, desde el montaje del escenario, hasta la última puesta en escena de cada delegación despiertan la emoción y el interés en cada uno de nosotros.
Hay muchos que reniegan de esta visión, que dicen que Eurovisión debe de ser sólo un festival de canciones. Para mí precisamente la riqueza está en que no es sólo un festival de canciones. El mundo evoluciona constantemente, y Eurovisión también lo hace. Y creo que debemos alegrarnos de esta evolución, ya que es lo que hace que cada año el Festival enganche a más gente joven.
Hoy en día Eurovisión es capaz de acoger en una noche de musica, desde baladas desgarradas como Niamh Kavanagh, hasta el rock más duro de Lordi, pasando por un ligero vals de nuestro Dani. ¿Y por que no? En la diversidad está su riqueza, y cada canción tiene su papel y su público.
Y ¿Quien se lleva el gato al agua? Pues señores, después de conocer la fórmula secreta de la Coca-cola, creo que esté es el último secreto que nos queda por descubrir. ¿Cual es el ingrediente secreto que llevan consigo Lordi, Serifovich, Bilan, Rybak, o Lena? (por poner los 5 últimos) Pues no lo sé. Pero no lo sé yo, ni lo sabéis ninguno de los que leéis, ni tampoco ninguno de los que escriben por ahí diciendo que ganaríamos con uno u otro candidato.
No señores, cada país manda lo que cree que puede dar un mejor resultado (de entre lo posible claro), y luego un sinfín de factores deciden cual es el representante que cantará dos veces esa noche. Pero esos factores son totalmente variables, tan variables como que dependen de lograr poner el vello de punta en 3 minutos a la persona que está delante de su TV para que levante su teléfono, o al miembro del jurado que tiene el boli en su mano para dar una puntuación.
Huyamos ya de una vez de las teorías de la conspiración, dejémonos de politiqueos, de vecinismos y de tantas otras cosas que utilizamos para pasar el mal trago de una mala clasificación. ¿Que vecinismo/politiqueo puede haber cuando no se ha repetido un ganador desde el año 96 que ganó Irlanda? ¿Cuando las últimas ediciones han vencido países tan occidentales como Alemania o Noruega, o tan "del Este" como Rusia o Ucrania? Por supuesto que existen votaciones sugestionadas, o si no ¿Por que Andorra siempre nos da altas puntuaciones? Pero éste es uno de los innumerables factores.
Si algún día conseguimos llevar un interprete y una canción que levanten la emoción de la gente en Europa en 3 minutos, ese año ganaremos, con vecinos y sin vecinos, tenedlo claro.
Y quizá, ¿Por que no este?
Y hasta aquí nos trajo la riada.